El Castillo de “Dos Hermanas” en su contexto Histórico
El castillo de dos hermanas se encuentra a 6.5 kms de Montemayor, por la carretera comarcal denominada “de la estación”. Se trata de una zona drenada por arroyuelos que van a morir al río Guadajoz, surcando una serie de tierras poco accidentadas conocidas como Llanos de la Vanda.
En cuanto al significado del apelativo “Dos Hermanas”, se han especulado varias hipótesis, entre las cuales destacaremos las siguientes por ser las más significativas:
La primera de ellas defiende que tal nombre responde al hecho de tratarse de dos cerros próximos de semejantes características, que perteneciesen a dos hermanas en una época inicial. Otra de las hipótesis formula la existencia de dos castillos próximos con significado semejante, Soricaria y Soricia, las dos villas (casas palaciegas romanas) descritas por Quinto Hircio en el Bellum Hispaniae.
Se ha querido identificar a Dos Hermanas, como decimos, con la antigua Soricaria o Soricia, y también se ha pretendido localizar por estas tierras las incursiones y el pillaje de un aliado del rebelde musulmán Ibn Hafsun, llamado Servando, que cayó en una emboscada tendida por la caballería del emir Abd Allah.
Probablemente, el castillo de Dos Hermanas debió ser una de las veintisiete fortalezas entregadas por los musulmanes a Fernando III el Santo, cuando se produce la conquista de Córdoba, pues no debemos olvidar que también la civilización árabe se instaló y desarrolló en los dominios de la actual Montemayor, antes y después del Califato de Córdoba (939).
Así sabemos que fue uno de los 15 “Iqlims” (distritos agrícolas) en que se dividió la “cora” (provincia) de Córdoba una vez que se consolidó el Emirato Independiente, recibiendo la denominación de Ulyat Kanbaniya (Ulía de la Campiña).
Entre los autores árabes que hacen referencias al distrito de Ulyat, podemos citar a Ibn “Idhari, el cual nombra el río Ulya, que probablemente sea el arroyo Carchena, como paso obligado en la antigua calzada romana que unía Córdoba con Málaga. Al-Sahqundi se refiere al Iqlim de ulyat Kanbaniya como tierras de abundante y excelente trigo, que probablemente sería enviado a la capital.
La siguiente noticia cronológica pertenece al rey Alfonso X el Sabio, quien afirma que la zona es abundante en caza mayor, como lo demuestran los colmillos de jabalíes aparecidos en algunas zonas.
El Abada de rute nos informa de que el castillo de dos hermanas fue otorgado a Domingo Muños, al que sucedió Fernán Muñoz de Temez y luego Alfonso Fernández de Córdoba, quien amplió y reformó su fortaleza, gracias a las donaciones que le hicieron Sancho IV (torre de Cañete con todos sus términos) y Fernando IV, que le recompensó con las dehesas de Galapagar y el susodicho heredamiento de Dos Hermanas.
Hemos de advertir que la frontera con los musulmanes dentro del reino de Córdoba (una franja aproximada de unos 50 km) era la más inestable de todas al ser un campo permanente de hostilidades, sufriendo constantes fluctuaciones.
En un primer momento, su defensa se encomendó a la Orden de Calatrava, que poseía importantes dominios en Priego, Carcabuey y Zambra; a la Orden de Santiago, asentada en Benamejí, entre otros territorios; al concejo de Córdoba y a la recientemente constituida iglesia cordobesa, creada tras la conquista de Córdoba en 1236.
A la muerte de Fernando III, acaecida en 1252 , prácticamente todo lo que se conocía como reino de Córdoba, a excepción de Iznajar, estaba en poder de los cristianos, existiendo una primera línea de defensa de la frontera con el reino nazarí de Granada a través de Tiñosa, Priego, Carcabuey, Rute, Benamejí y Biervén, ay en las proximidades de Antequera. Detrás de ésta se montó una segunda línea de defensa constituida por Baena, Cabra, Lucena y el castillo de Anzur.
El territorio de la actual Montemayor se encontraba, por tanto, a mediados del siglo XIII, bien protegido y fuera de la zona de riesgo.
Pero el debilitamiento de la frontera tras la muerte de Fernando III no se hizo esperar, produciéndose un retroceso de esta en perjuicio de los territorios cristianos, e iniciándose un debilitamiento que se acentuaría hacia 1300.
A este periodo de decadencia le sucede una tímida recuperación por parte de los cristianos, pero la reacción de los nazaríes y granadinos será inmediata y contundente, y enseguida comienza un nuevo debilitamiento de la frontera cristiana, que afectará de forma directa a los territorios de Montemayor (nos referimos a la fortaleza de Dos Hermanas).
Hacia el año 1325, el rey granadino Muhammad IV llevó a cabo una serie de razzias a lo largo de la frontera, saqueando la campiña cordobesa. Esto, unido a que el señor de Aguilar se declaró vasallo del rey granadino, obliga a Martín Alfonso Fernández de Córdoba a pedir permiso de repoblación al rey Alfonso XI, para trasladar la población desde su vulnerable ubicación en Dos Hermanas, a un cerro próximo que ofrecía óptimas posibilidades de defensa, comenzándose en 1340 las tareas de repoblación y construcción de la nueva fortaleza.
Sin duda, esta fue una etapa que modificó toda la estructura urbana que permanecía desde la antigüedad romana, pues, aunque se trajeron algunos restos pétreos de Dos Hermanas, el Castillo de Montemayor será construido en su mayor parte con materiales procedentes de la antigua Ulía, tal y como lo confirman los abundantes restos romanos que aún hoy día permanecen incrustados en sus muros (piedras de molino, columnas …).
Pero volvamos a nuestro tema centra; el ya antes mencionado castillo de Dos Hermanas se sitúa sobre una eminencia sobre el terreno de unos 20 m.
Es de planta cuadrangular, de 42 x 40 m., con una torre en el ángulo E de base cuadrada y 6 m. de lado, maciza desde sus cimientos hasta el nivel del terreno, reduciéndose a continuación para formar la cavidad que alojaba las escaleras, que supuestamente conducirían a la parte superior, hoy desmochada. Alcanza una altura total de unos 12 m.
Se especula que pudo existir otra torre en el extremo S.O. En la parte N., sólo existen restos de una torre muy carcomida y arruinada, como todo el castillo, en la cual se pueden apreciar los restos de un arco de descarga.
Del muro E., también incompleto, parte una cimentación que va a dividir en dos partes el castillo, uniéndose a un resto de fábrica que aún se eleva, en cuyo centro se ve un arco rebajado formando por dovelas desiguales, que se cree daría acceso a las dependencias instaladas en la parte N.O., pudiendo tratarse de almacenes de víveres o de armas.
En la unión de estos dos muros descritos, debió existir otra torre, gemela a la opuesta de muro O.,y otra igual en el ángulo N., hipótesis fundamentada en la semejanza con las construcciones árabes (como ésta), que se caracterizan por su simetría.
En el patio de la parte N. existen restos de dos muros formando ángulo, posiblemente pertenecientes a la cisterna o aljibe.
A juzgar por la fábrica de las torres y muros (unas veces sillería, y otras mampostería o sillarejo) y por el material empleado en dichas construcciones (material de acarreo junto con otros fabricados ex profeso), parece ser que el castillo debió construirse en varias etapas: una primera con material procedente de ruinas romanas, tal vez de la antigua Soricaria; otra de época árabe, quizás durante el Califato, o tal vez durante la etapa de los reinos de taifas, y, finalmente, en época cristiana, hasta que, como decimos, los frecuentes ataques obligaron a trasladar el castillo a Montemayor.
Esperemos que el proyecto de excavación arqueológica que hay pendiente sobre el castillo de Dos Hermanas por parte de la Universidad de Córdoba, arroje nueva luz sobre una etapa tan trascendental en al configuración de la historia y de las personalidades en nuestro pueblo.
Bibliografía:
“Los castillos de Córdoba”, M. Valverde; F. Toledo.
Revista de Feria de 1992; Escobar Camacho, J.M.
Revista de Feria de 1993. Carmona Varona, J.C.
Autor: Rafael Jiménez Alcaide
Fuentes: Revista “Las cuatro esquinas”. Año IX- Núm. 35 – Septiembre 1996
Cosas de Montemayor 